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Me encanta el proceso pol铆tico. Durante cada temporada de elecciones, nunca me canso de escuchar los an谩lisis de los candidatos y de las campa帽as pol铆ticas. Voto con orgullo y gratitud, y siempre fijo en mi solapa la calcoman铆a que dice 鈥淚 voted鈥� despu茅s de hacerlo. Pero no solo es el proceso electoral en s铆鈥攁ntes de que los centros electorales siquiera est茅n cerrados, estoy viendo programas con los resultados de las encuestas de salida, obsesionada por todas las tabulaciones comparativas de votaciones por datos demogr谩ficos y condados. Entre los sitios web que visito con m谩s frecuencia son los que contienen algoritmos matem谩ticos complejos para determinar cu谩les datos electorales son los m谩s exactos. A veces sus calculaciones son s煤per correctas, y en otros momentos son llamativamente inexactos. A decir la verdad, creo que yo misma me intereso en forma exagerada en todo esto a veces. Pero s铆 creo firmemente que los datos鈥攜 las historias que pueden narrar鈥攕on muy importantes.

En vista de eso, tal vez no les sorprenda a ustedes que tambi茅n me obsesiono por los datos sobre el cuidado infantil de alta calidad鈥攅n particular, los que tratan de los aumentos en los sueldos y las prestaciones de los educadores de ni帽os peque帽os. Por ejemplo, estoy esperando con much铆simas ansias los resultados iniciales del impacto del mayor aumento en gastos federales de cuidado y educaci贸n infantil desde el inicio de la Concesi贸n en Bloque de Desarrollo del Cuidado Infantil (CCDBG, siglas en ingl茅s).

En marzo de 2018, el Congreso promulg贸 y el Presidente firm贸 un presupuesto que inclu铆a un aumento de $2,400 millones de d贸lares anuales en gastos del cuidado infantil: el mayor aumento de CCDBG desde sus principios. El a帽o fiscal 2019 tambi茅n vio un aumento adicional de $50 millones de d贸lares a CCDBG, y en diciembre el Congreso subi贸 los fondos del a帽o fiscal 2020 en otros $550 millones de d贸lares.

Deseo dejar claro que, aun con este aumento tan considerable en el presupuesto, el sistema de educaci贸n infantil tiene un d茅ficit cr贸nico y grave de fondos. Estados Unidos tendr铆a que agregar cada a帽o miles de millones de d贸lares al sistema para financiarlo plenamente y mantener el ritmo de otros pa铆ses competidores en el 谩mbito global. Dicho esto, deber铆amos de poder ver evidencia del progreso鈥攜 s铆 la vemos.

• Cuarenta y tres estados y el Distrito de Columbia utilizan los fondos federales para aumentar los salarios de educadores de ni帽os peque帽os.
• Veinte estados y el territorio de Guam aprovechan los fondos para tratar las listas de espera y expandir el acceso al cuidado y educaci贸n infantil.
• Catorce estados y Guam destinan fondos a la expansi贸n de los l铆mites de elegibilidad para que m谩s familias puedan obtener la ayuda que necesitan para pagar el cuidado infantil.
• Treinta y siete estados y Guam dedican fondos a la implementaci贸n de los requisitos de salud y seguridad que se detallan en el reglamento de reautorizaci贸n de CCDBG, como, por ejemplo, la verificaci贸n de antecedentes de los proveedores de cuidado.

Es especialmente animador ver que la gran mayor铆a de los estados han usado los fondos de CCDBG para aumentar los sueltos que pagan a los proveedores. Los fondos federales nunca han sido suficientes para respaldar las tasas de mercado y, como resultado, los estados tienen el problema cr贸nico de proporcionar fundos insuficientes a los proveedores. Las consecuencias de esto son desalentadoras: cada vez menos proveedores pueden mantener abiertos sus centros, m谩s familias de bajos ingresos no tienen acceso al cuidado infantil de alta calidad y un n煤mero gravemente excesivo de educadores infantiles hacen frente a dificultades econ贸micas serias a causa de los salarios reprimidos. Debemos de encomiar a los gobernadores y legisladores en los estados que aumentan los pagos a los proveedores, y hay que respaldarlos por sus esfuerzos por hacer ajustes positivos en el mercado. Tambi茅n hay que alentarlos a continuar sus esfuerzos鈥攜 隆a ser aliados en la lucha por ayudar al Congreso a entender las consecuencias de tener un sistema mal financiado!

La verdad es que aun con estos aumentos de fondos, el financiamiento general del aprendizaje infantil queda a un nivel muy bajo. Solamente cuatro estados pagan a los proveedores un sueldo al 75潞 percentil de la tasa de mercado actual; a煤n peor es que hay 22 estados donde los sueldos igualan el 75潞 percentil de la tasa de mercado del a帽o 2001. 隆Este es un retraso de 20 a帽os! Adem谩s, desde el 2011, varios estados han omitido de sus presupuestos unos $178 millones de d贸lares en posible financiamiento federal, por lo que a煤n m谩s ni帽os y familias no cuentan con los apoyos que los ayudar铆an a prosperar.

Aunque no he visto ninguna encuesta de salida que tratara el cuidado infantil durante el ciclo electoral, todos hemos observado las maneras de que los candidatos compiten entre s铆 para presentar agendas atrevidas en cuanto al cuidado infantil. Se est谩n enterando por familias y educadores que los ayudan a comprender que los padres, madres y proveedores de cuidado no pueden pagar m谩s y los educadores de ni帽os peque帽os no pueden ganar menos. Por esto, me siento optimista respecto a nuestro futuro.

Las elecciones, y los grandes cambios que frecuentemente traen son emocionantes; pero los animo a ustedes que no esperen hasta el siguiente ciclo de elecciones o el pr贸ximo titular que nos llame la atenci贸n. Se est谩 tomando decisiones, y se est谩 distribuyendo fondos, ahora mismo en administraciones y parlamentos estatales por todo el pa铆s. Necesitamos que ustedes aboguen por el financiamiento completo del sistema鈥攓ue los estados paguen el costo de real del cuidado infantil de alta calidad. Tambi茅n necesitamos que ustedes llamen a sus funcionarios electos a rendir cuentas acerca de pasos claros y concretos para el cambio, a fin de asegurar que la compensaci贸n de los educadores de ni帽os peque帽os se aumente a medida que las inversiones p煤blicas crezcan tambi茅n. Los datos respaldan su posici贸n respecto a la importancia de esto鈥攜 yo tambi茅n.